Si es demasiado tarde para seguir adquiriendo o si se sabe lo suficiente como para no seguir adelante, si llego demasiado tarde cuando una belleza histérica asola mi puerta o si mis trabajos manuales los arrojas al mar con tu respeto.
Mira la luz de abajo o la de arriba, la de distinto color de la bombilla que cambia o la del sol que quema las cuevas afiladas de mi vida. Abajo hay un mundo lleno de otros que dejaron su cuerpo en el nuestro y nuestra alma en la suya. Arriba hay solo cegueras blancas llenas de amapolas que sangran.
Si tu acorde no suena en el silencio es porque ha enmudecido con mis palabras.