5.12.07

CANCIONES

No son canciones, son sensaciones hechas melodía. Cuando escucho Brett Anderson en Love is Death viajo en tren siete horas, cuando escucho Walk Away de Franz Ferdinand voy en un autobús a Londres, cuando oigo a toda voz Where is my mind de Pixies siento que cuando tenga que ponerla de nuevo no voya poder escucharla. Country House, tengo 14 años; Processed Beats: lágrimas y pasión en Callao; These Boots are made for Walking: cuarenta veces por media hora; I predict a Riot de Kaiser Chiefs cuando duermen las mejores amigas les llamo si la bailo; si suena Supermassive Blackhole de Muse sería por teléfono en el beaver bus para Mary Gee un martes y una primera vez. Iván Ferreiro lo reservo para noches de vino blanco y cuadros de Van Gogh y Munch. Smile like you mean it de the Killers es una segunda llamada desde Jackson's. James Blunt repite mientras te espero en la cocina medio iluminada y con supuestas verdades que he de creer. Elevator de Hot Hot Heat envuelve mis sentidos mientras voy al trabajo. Bohemian like you es estar en tu casa escondidos con vino rojo, guitarras y sandwiches de pavo. Love is Gone es para ese hermano que me lleva a casa en coche verde. Don't look back in anger de Oasis es para esas amigas con las q sueño distorsionadas y me acompañaron un día en todo mi camino. Heroes de The Libertines es un minuto en el Fan Club. Common People de Pulp es coreografía en Sugarpop o espectadores estupefactos hacia el Oceanographic. Exit Music for a Film de Radiohead es un amanecer en el coche ahumado mirando a Granada. Y la última y más verdadera que no tiene ningún comentario: Mr Brightside por The Killers