27.12.08

te acomodas y ya está

La rabia del sacrificio que vierten mis sangres no es otra sino de impotencia y malgaste. La desesperación que empleo en registrar amores impregnados con hechos vuelve a recordarme el abismo de la situación. Las vivas que saltaban dentro de mis entramados regulan mi animación y mi percaz. Sientes que no vives sin olvidar los vuelcos y las canciones mientras rememoras historias pasadas que llevan nombre de olvido. No todo luce de igual manera dependiendo de su luz, sino dependiendo del cuerpo en el que la luz se refleje.

9.12.08

Casualidad

Si digo que hace ciertas semanas estaba buscándote en un piso que no era el tuyo, y que había sofás verdes rotos desordenados con papeles de periódico en el suelo destrozados. Si digo que no era tuyo pero vivías allí. Pero es que la casualidad es que conocía a la persona de aquel piso de mi sueño. Te vas ahora, pero vives aquí. Al lado. Ahora tiemblo al recordar la casualidad de que estabas en otro sitio pero te quedabas conmigo mirando tras el sofá y el cristal sucio translúcido. Como viejo. Como encima de mí. Cansado.

8.12.08

Apagón

Húmeda se apagó la luz.
Te deseé. Tú a mí.
La luz paró nuestros relojes,
nuestro tiempo.
Sentíamos los cuerpos calientes.
Porque lo sabíamos.
El frío recorría mi cuerpo
y tú en la distancia lo quemabas.
La luz se fue.
Solo tu y yo.