23.6.07

Tú y Klimt


Cada vez que entro, nada más entrar
me miras desvergonzada
con la manos entrelazadas
como si no quisieras mirar
Cada vez que te miro
no te deseo mirar
solo por tu picardía
me haces temblar
Y no te tengo miedo,
solo al mirar,
cuando en tu beso o en tu camisón
toda tu alma está
Con tu pelo a un lado
y mirando de reojo, desconfia
Me intimida, no puedo continuar
te siento separarme
sin que él sepa nada
pero estando tú presente,
sin que él sepa nada
pero estando yo ausente