27.12.08

te acomodas y ya está

La rabia del sacrificio que vierten mis sangres no es otra sino de impotencia y malgaste. La desesperación que empleo en registrar amores impregnados con hechos vuelve a recordarme el abismo de la situación. Las vivas que saltaban dentro de mis entramados regulan mi animación y mi percaz. Sientes que no vives sin olvidar los vuelcos y las canciones mientras rememoras historias pasadas que llevan nombre de olvido. No todo luce de igual manera dependiendo de su luz, sino dependiendo del cuerpo en el que la luz se refleje.