27.9.08

Gárgolas

Me ves pestañear tan despacio y lo leo de tus labios. Hace poco que vivimos, sin embargo parece toda una eternidad. Si te involucro en mi juego me llamas cobarde pues me dices que cuando tu vienes yo no soy capaz de irme contigo. Mi melodía se compenetra con la tuya y juntos bailamos en un océano celeste y blanco, solos con gente a la espalda, con puertas que no pueden abrirse y con gigantes que se sientan a ras de nuestro suelo. Compartes una habitación barroca por un momento conmigo y sueñas con aquellos globos no se explotaron de rabia al decir adiós en el tren...